En realidad no fui yo, sino la cuenta de una clienta nueva en la que, al tercer día de empezar a trabajar juntas y de abrir desde cero una cuenta en tik tok, logramos que un video se haga viral. 

Un video que superó las 100 mil vistas en pocas horas y llevó a alcanzar más de mil seguidores, centenas de comentarios y mensajes con consultas de personas interesadas en el producto que teníamos como objetivo promocionar. Todo esto sin invertir ni un centavo en publicidad y publicando un video por día durante solo 3 días. 

Fuimos virales por las razones correctas

En la era digital a la que asistimos son muchas las razones que pueden disparar la viralidad de un contenido y, en muchas ocasiones, no tienen que ver con los objetivos de quien lo generó. Una frase interpretada de manera distinta, un detalle secundario que llama la atención, un hecho de la realidad que se vincula con algo de lo que aparece en cámara… son infinitas las posibilidades de recepción que pueden provocar el efecto en cadena de lo viral y las consecuencias que trae también suelen escaparse de las manos de quien originalmente compartió esa pieza de contenido. 

Por eso estoy convencida de que esta vez nos salió bien. Las métricas aumentaron exponencialmente porque los algoritmos de Tik Tok detectaron que este video en cuestión generaba interés y eso se demostraba en las interacciones: comentarios, me gusta y seguidos de mamás que consultaban por el club de libros infantiles que promocionaba el video. Ese era exactamente el objetivo que llevó a esta clienta a contratar mis servicios de estrategia y gestión de redes sociales: quería lograr llegar a más personas interesadas en la suscripción literaria que ofrece para todo el país.

¿Por qué salió bien?

Revisando las estadísticas de las personas que interactuaron con el video en cuestión y que comenzaron a seguir la cuenta de esta clienta me encuentro con que el 98% de la audiencia son mujeres de entre 25 y 44 años de Argentina. Este resultado no es casualidad, el video comienza con una frase así: “¿Sabías que tus hijos pueden recibir…”, es decir que interpela a mamás (aunque podrían ser papás, pero el análisis del patriarcado queda para otro artículo), y les presenta de manera directa el producto como una solución que facilita determinados beneficios de incentivo a la lectura al alcance de tu hogar. El video tenía la etiqueta de ubicación en el país en el que hace envíos y por eso los algoritmos cumplieron con mostrarlo a personas de la misma ubicación geográfica. 

Además, luego de lograr el aumento de consultas y visibilidad, la clienta tenía lista y activa una tienda virtual a la que podía derivar las consultas con un simple link para que concreten compras si así lo quisieran, sin que ella tenga que intervenir personalmente en cada paso de la venta. Esto fue clave para aprovechar la viralidad y lograr concretar el objetivo de ventas. 

En resumen, se puede decir que lo que salió bien fue que detrás del video hubo una estrategia con un público bien segmentado, objetivos claramente definidos y un análisis previo que llevó a publicar un video con ese guión, a elegir cada palabra, cada etiqueta y a realizar la carga del video de determinada forma y no de otras. 

No develamos una fórmula mágica para hacer viral un video, pero comprobamos que es posible si hay estrategia y acción planificadas detrás de la creación de contenidos.